“Me descubrí de frente a mi corazón -al principio tenia miedo de abrirse- y con el canto como llave, me abrió a experimentar su gran poder que ejerce sobre todos los seres”.
Nací en Guadalajara,
Jalisco, México. Sé que vengo de mas lejos y mi edad no se cuenta con los años
sino con la experiencia de un tiempo sin medida, el cual apenas vengo recordando.
Estudié arquitectura y eso
me abrió la puerta a cuestionarme muchas cosas sobre el modo en que estaba
viviendo. En un viaje a Palenque, Chiapas descubrí la arquitectura maya donde
inició un viaje que aun no termina, un viaje hacia lo misterioso, lo grandioso donde el espacio-tiempo se convierte en la nave que me
llevó a encontrarme con mi propio misterio y su relación con la naturaleza.
En
ese mismo viaje tuve mi primer experiencia de temazcal el cual ha sido una
bendición y una gran herramienta en mi vida. Con esta “casa de vapor” temaz-calli
llegó la medicina del canto y los elementos. Aprendí una nueva forma de mirarme
y entender lo que somos. El camino ha sido muy hermoso re-encontrándome con
mucha familia, la familia de las estrellas, de las tribus, de los reinos, de
los caminantes, de los buscadores, de los abuelos. Me descubrí de frente a mi
corazón -al principio tenia miedo de abrirse- y con el canto como llave me
abrió a experimentar su gran poder que ejerce sobre todos los seres. Su
vibración, su proyección del ahora donde se que puede alcanzar lo inalcanzable,
lo lejano, lo obscuro y lo brillante.
El
canto es una fuente de vida y creación, de nutrición, de salud, por medio del
canto nos abrazamos, nos conectamos con nuestra esencia y de ahí con todas las
esencias, con todos los espíritus visibles e invisibles, es el canal por el que
puede hablar el alma.
SER MUJER es ser mar, ser
luna, ser agua viva que se mueve, que fluye, que recorre los rincones, que
busca, que limpia, que ama, que nutre, que sana. Ser mujer es ser madre también
y ser madre es ser una maga, una estrella que puede iluminar la noche, es el vacío
que contiene la vida y ese vacío es profundo, es hondo como el mar a veces te
pierde y te duele, pero te hace crecer y ser fuerte, te hace SER, te nutre para
poder nutrir los hijos, los sueños, los proyectos....
Ser MUJERES JUNTAS es ser el
tejido que envuelve, que cobija, que guía, inspira y crea. Los círculos de
mujeres son la máxima fuerza y poder, sabiduría, confianza, certeza y belleza,
es espejo divino del cosmos, vibrante, lleno de vida...tejedoras de sueños,
hermandad, UNIDAD
Ana Paula gracias por compartir tu conocimiento. El sonido nutre, fortalece, cura, sana, eleva el espíritu. Vibrando en melodías nos lleva a recorrer nuestro interior y armonizarlo con el exterior, para que unidos en un todo seamos Uno con la Naturaleza. Permíteme comunicarme para profundizar más en aquellos caminos que haz descubierto.
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