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lunes, 15 de julio de 2019

Amar en libertad ¿Qué opina el útero?



Vengo de una familia en donde la revelación de una traición secreta, fue vital para entender muchas cosas profundas y fuertes. Además soy parte de la gran prole de celosos apasionados aunque creo que los celos son el sentimiento más nocivo que puede existir. Se nutren de la desconfianza, miedo, inseguridad, posesión, aniquilación, competencia... locura.

Ya no soy una niña que solo aprende y absorbe conductas y patrones. Soy adulta creadora y generadora de mi realidad próxima, y ahora que estoy co-creando mi familia, me ha pasado muchas veces por la cabeza la idea de desnaturalizar lo que creemos es "el ideal de familia"… pero ¿cómo? ¡cuántas represiones, celos y castraciones podemos cultivar en una relación sobretodo que lleva algunos años en el intento…!
Entonces, siento que toca reformularme la vida para no repetir cargas, opresiones y mentiras…
Tomar de las astas al tiempo que nos tocó vivir.
¡Podemos romper las estructuras totalmente! Tenemos el permiso…. pero mi pregunta es ¿Qué es lo natural? ¿Cuál es el instinto femenino a la hora de relacionarnos? ¿Qué necesitamos para ser más felices, expansivas, dueñas de nuestra vida? Lo digo por todo lo que implica nuestro cuerpo femenino, nuestra ciclicidad, nuestra capacidad de crear, gestar, amamantar, además de lo profundamente receptiva que es nuestra matriz.

 Me interesa saber ¿Qué sería la libertad para el útero?
¿Qué siente y piensa el cuerpo femenino, de relacionarse en libertad? ¿cuáles deberían ser las prácticas de autocuidado para que todo fluya en coherencia y en paz?
Por experiencia propia cuando tu pareja tiene otras relaciones podemos nutrir dos tipos de sentimientos: empatía total con todos les seres o el odio generalizado con sentimiento de desvalorización. Y aquí es un punto importante. No es solo desafiante la relación sexual en sí misma, es la capacidad y la libertad que tenemos de crear relaciones de amistad, juego, risa, empatía con varios seres a la vez.
Percibo que hay que romperse mucho la cabeza para comprender
qué es lo sano ahora y qué es lo que me hace sentido...
de verdad, integralmente.

Hice una encuestilla y la mayoría de mujeres piensan que la monogamia debe primar, por dos motivos:  por no sentirse listas para construir otro tipo de relaciones o por haber tenido experiencias dolorosas previas que les han enseñado que el camino es arduo. Entonces ¿qué hacemos? seguimos intentando evolucionar de a dos, alquimizando en profundidad la sexualidad y sublimando el deseo sexual por otrxs o nos olvidamos de cualquier mito e ideal principesco, nos permitimos ser abiertas a todas las relaciones dejando de tener miedo al encuentro sexual y a la múltiple relación. Porque finalmente la sexualidad es un encuentro y creo que eso es bien importante no perder de vista. Un encuentro es una relación de escucha, percepción, cuidado, de mutua nutrición. Positiva nutrición.

Yo personalmente pienso que el objetivo máximo para abrir la relación monogámica debería ser sentirse en libertad, respetando lo que eres, tu expresión,  tus preferencias, tu camino individual y la del otro (que supongo es lo que todos deseamos en el momento de ser amadxs y amar) pero esto no debería implicar necesariamente sexo libre, sino más bien relaciones libres porque somos empáticos por naturaleza…. 

A mí en lo personal,  me es más cómodo, seguro y fácil sentirme libre totalmente, gozosa, con oxitocina, con fuerza, risa, etc y saber que comparto mi sexualidad sagrada solo con una persona…

¿Qué piensas tu?


Texto: Laura Eufemia
Imagen:Periódico El País

martes, 15 de enero de 2019

El cuerpo: Lienzo para el arte sagrado




Por: Paulina Oviedo [Mindo, Ecuador] A través del tiempo nuestros pueblos originarios han representado el mundo espiritual desde lo sutil de la energía de la creación.

Hemos caminado por bellos senderos de la mano de nuestros abuelos, ellos nos han compartido la importancia de manifestar con arte un agradecimiento a la creación de una manera visible y concreta, es por esto que queremos comunicar nuestro entendimiento sobre “El cuerpo como un lienzo para el arte sagrado”. 


Acceder al mundo espiritual a través de las medicinas ancestrales, la respiración, la meditación o ejercicios específicos que abren este camino, conlleva la responsabilidad de plasmar las enseñanzas, de una forma visible y legible en el espacio que habitamos. 

La pintura corporal abre canales que nos conectan con el mundo espiritual y a través de sus líneas puntos y colores los guardianes de esta dimensión nos transmiten enseñanzas y mensajes que nos ayudan a desenvolvernos en la vida cotidiana.
Cuando nos pintamos el rostro o el cuerpo encontramos una forma lúdica de exploración, recordando el juego, la niñez, la magia de la representación. Usar el cuerpo como lienzo permite aflorar nuestro instinto, quitarnos la vergüenza. Detrás de la máscara encontramos la posibilidad de personificar o tomar posesión de un espíritu, del “Yo quiero ser”, quitarnos la timidez y perder el miedo de hacer el ridículo, romper formas preestablecidas del “Deber ser” que la sociedad espera, “Yo debo ser de tal forma para llenar las expectativas de un grupo social”. 



Al incursionar en el uso de nuestro cuerpo como un lienzo para la expresión del arte sagrado, estamos dando un paso más allá de nuestro propio límite, rompiendo el miedo al ¿Qué dirán? Al Deber ser. 
Seguramente tenemos sobre nosotras, muchas miradas de incomprensión o incluso de burla, miradas que continuarán su desaprobación, hasta que experimenten lo que realmente significa romper nuestras estructuras y volver a recrearnos sin esquemas. Nosotras no buscamos aprobación o halagos, solo somos lo que soñamos y en este camino, sin prejuicios, encontramos nuestro poder. 

Este ejercicio nos ayuda a empoderarnos desde la creación pura de lo que queremos ser y al hacerlo ponemos el arte al servicio de la creación, de encontrar nuevamente nuestro poder fuera de los patrones establecidos por la sociedad. Incursionar en un animal de poder o trabajar con una energía (agua, fuego, tierra, aire) que queremos encarnar en nuestros cuerpos, nos permite actuar desde nuestro instinto, poseernos por la energía primigenia. 

El trabajo con las líneas, puntos y colores en el cuerpo, permite que las mujeres, los hombres, el ser humano, encuentre su senda de expresión, a través de la exploración del arte corporal.


Fotos: Gustavo Pazmiño

viernes, 11 de enero de 2019

El agua, fiel a si misma



Foto: Silvana (México)
Por: Silvana de la Selva [San Pancho Nayarit, México] 
Hoy temprano después de llevar a mi hija a la escuela. Hablé con una amiga en Argentina que se fracturó su pierna. Frente a este momento difícil sentí grabarle un canto pensando en ella y que esta vibración entre a su cuerpo. Se lo envié…
Tiempito después tocando la flauta al amanecer me fui profundo, conecté con la sangre que hoy sale de mi y me llevó a esta grabación que hoy compartimos.

Parte de mi desafío es despertar, dar lugar y creer en este arte que tengo, lo que soy y en la posibilidad de ser creadora.

El texto del canto proviene de tiempos cuando viajábamos en tribu andábamos en sudamérica con mujeres hermanas como Indira y Plantate. En México, Indira lo cantaba en un ritmo más lento y en los últimos tiempos comencé a cantarlo en temazcal dándole una forma para repetir y que otras personas lo aprendan. Hombres y mujeres.

Hoy lo grabo, lo comparto y me muestro.
Cantar
es el alma quien lo hace,
el espíritu.
Me doy la chance de mostrarlo
y mostrarme así como soy:
imperfecta.


Foto: Boloh Miranda (Ecuador)

  
Letra:

El agua en su eterno fluir

Se une libremente
A la naturaleza
Permaneciendo siempre fiel a si misma
A si también, el ser
Que se hace transparente uooo
Cristalino y puro
Fluyendo sin cesar
Como el agua, se unifica toda la
Creeeeeación
Nai nai nai nai nai (x5)

Eiana ei nei io uei

TEXTO: Silvana de la Selva 
(San Pancho, Nayarit. México)