::... Honramos a las generaciones y vivimos el contacto con la memoria antigua de nuestros pueblos ...::

miércoles, 11 de junio de 2014

El canto que canto


      Y en la pureza de su mirada, en brillosos tonos verdes el intento se manifestó. De esos que nacen en lo profundo del Ser, escuchadospor la intuición de que algo agradable germinará.

Desde ahí conocí “Mujeres de luna” con cantos grabados y recopilados por más de seis años y que en una USB venía envuelto de algodones de responsabilidad. Corazones nacidos de más de 7 países en todo el mundo estaban grabados no sólo para musicalizar el ambiente, sino para enlazarse con la vibración universal. Eso que vi en los ojos verdosos de Paulina, mujer medicina ecuatoriana, fue la atmosfera en la que se enfoca este proyecto: Invocamos a interesad@s en esta cocción de la pureza para entonar el rezo que mujeres medicina en el mundo hacen desde sus orígenes.

Foto de Karenina tomada a postal del proyecto en  Montañita, Ecuador.

Cantar cada que el suspiro o los pensamientos llegan es la dosis diaria recomendada por mi corazón. Y no por necesidad sino por re-conexión con recuerdos más profundos que ayudan a respirar con atención. Por ahí, en ese vaivén del viento en tu interior difumina al insensato pensamiento que provoca miedo y sus congéneres como la angustia, violencia, depresión o abuso. Toda esta oscuridad se monta en una nube y se transforma en su sombra, capaz de hacer llover palabras armoniosas en la vida. Entonces, el miedo se paraliza deslizándose a través del amor que irradia las vibraciones de un recuerdo entonando, del ritmo al compás del Misterio que nos late desde adentro. Así es el encanto del canto, cubre el paisaje mental de esperanza para un buen caminar que se expande en armonía para las siguientes generaciones.

–Escuchar los cantos es como meditar con ellos desde la voz de cada una de nosotras- comentó Paulina, por la mañana después de una ceremonia de medicina acá en el Ecuador, cuando emocionadas compartíamos miradas curiosas a cada mujer que se ha encontrado con las compilaciones de cantos interpretados por Mujeres de Luna.

En julio del 2013 viviendo en Guadalajara, México cargué en el celular algunos cantos de los que me habían compartido para sentir el proyecto. Mujeres desconocidas se integraron en mi diario vivir, en mis retos de aquel presente, en la sanación del andar con sus voces al interpretar o elevar creaciones sonoras. 

A finales de enero del 2014 viajé a Ecuador y conocí a la mayoría de estas voces que se habían metido en mi corazón desde los oídos. Fue muy grato observar  y recordar en rostros los tonos, elevaciones de voz y maravillosas risas de seres que como yo, buscan amar plenamente. En nosotras, ya existe algo más allá de lo que ojos y razón puedan explicar y que –ni siquiera- aun tenemos idea de sus dimensiones. Por eso seguiré aquí.

Pintura de Patricia Karenina
Actualmente nos reunirnos en círculos de canto, nos grabamos y escuchamos lo que queremos enaltecer o transformar. Compartimos nuestras experimentaciones en este blog materializadas en letras, pintura, dibujo, artesanía, y todo el arte universal que estemos dispuestas a compartir. Motivamos, provocamos e invocamos a quienes apoyan este sueño que tiene muchas ramas. Queremos seguir grabando y remasterizando nuestras interpretaciones y creaciones. Queremos re-unirnos en nuestros distintos territorios para seguir provocando la visión y recuerdo de nuestra mujer ancestral, mujer salvaje que recupere las tradiciones y compromiso con la Madre Tierra y todas sus hermanas. Queremos elevar este canto para intencionar la armonía que necesitamos por las siguientes generaciones y como la vida, el sueño es largo pero cada día alcanzamos un tono distinto en este andar.

Si quieres conocer más del proyecto, sumarte, preguntar, compartir, dialogar o saber cómo participar, escríbenos. Todas somos Mujeres de Luna porque todas tenemos el talento de elevar una intensión y el compromiso del amor a esta Tierra que nos da vida.

Texto por Patricia Karenina Casarín .:. Nací en Guadalajara, Jalisco México hace treinta años. En el mundo he conocido algunos pedacitos de su pielecita pero grandes sueños me hacen intensionar andar más de esta mi madre tierra. Desde hace algunos años me encuentro y re-encuentro en este camino rojo al escuchar lo que mi alma pretende recordar de la sabiduría de las estrellas. Desde el canto me conecto con ese infinito entonado para seguir sanando desde mi humanidad.