::... Honramos a las generaciones y vivimos el contacto con la memoria antigua de nuestros pueblos ...::

viernes, 5 de junio de 2015

Decreto colectivo

Foto: Tanya Sánchez

Tu llamado se derrama 
Me fluye 
Tiempo atrás eras un duelo 
y en estos tiempos,
Eres poder

Poder de sembrarte, sangre
que la sangre sacrificada
recuerde su origen. 
con cada gota de luna,
que moja la tierra.  

Mujer naciendo de mujer, 
hombre naciendo de vientre de mujer.  
 con su aliento sanan
recibiendo la fuerza
Enraizada mi sangre la luna aúlla  
enraizada a la tierra la luna se llena  
enraizada desde adentro bien adentro desde mi aliento  
que viaja en el viento,  optimismo vital del Sol, 
enraizada mi sangre, sembrada mi sangre
devolviendo a la mamita
la esencia de mí ser
empoderándome en mi luna de mujer
por eso ofrendo mi sangre femenina,  
la ofrezco en cada ciclo por la paz 
Despierta, concluye el ciclo que un día la madre empezó en el interior.  

Luna roja, cíclica, sagrada vuelve a las entrañas de la tierra nutriendo de vida a la vida 
Sangre roja, cristalina empapa al mundo de tu amor, 
entra y enraíza la tierra con tus gotas consientes
Danzaremos invocando el equilibrio de las aguas rojas con las aguas de los cielos, 
de las cascadas volviendo al equilibrio natural de nuestras energías que en ebullición
son tu creación
una sola visión

Te honro sangre de luna,  sangre de conocimiento,  
sangre de misterio,  sangre de vida,  sangre de muerte.  

Poder de vida que me contraes y expandes.   
Sangre que mantienes la memoria viva de mis ancestras, 

Decreto mi libertad de todas las mujeres 
a devolver su sangre menstrual 
a la tierra en cada luna. 
Este es el tiempo de escuchar nuevamente a la tierra que sólo pide sangre 
de nuestras lunas derramadas sobre ella

Agradecida; Con tanta abundancia Madre Tierra, Pachitamama Por la fuerza del tambor que resuena en mi Por el ciclo lunar que manifiesto Soy tierra fértil Soy sangre de mi vientre, canal entre la luna y la tierra Madre, te ofrendo de regreso mi feminidad sagrada Renovando mi energía, así vuelvo a florecer Con el nuevo día un nuevo ciclo lunar se abre paso en mi sagrado cuerpo. Mis caderas aúllan, siento raíces serpenteantes penetrando en mi útero  instinto animal. 

Sangre que volverá a la tierra, entregada. 
Abriéndose paso por los caminos de mi cuerpo

Fotos: Tanya Sánchez
AGUA roja penetras en la gran vasija de barro,  
Agua que fecunda, nace en lo más alto de las montañas,
rompiendo la tierra y llenando el útero divino, 
la sabiduría de los ancestros desde que eran astros, está ahí, 
sembrada en la tierra, en mi sangre. 

Desde mi nacimiento soñé un canto, 
Soñé con mujeres que acompañaban a dar a luz a otras mujeres, 
con sus caras pintadas con la sangre de los frutos de la tierra. 
Ahora derramo mi sangre de luna sobre ti, 
responsabilidad divina de ser mujer, eternidad, 
misterio que me acompañará siempre.  

El péndulo de la vida va y viene…
la sangre de la mujer viene de la luna y se devuelve a la tierra… no hay secreto, solo debemos abrir los ojos y mirar la esencia… 


Foto: Tanya Sánchez
¡¡Comida sagrada!! no se desperdicia, 
¡¡relaciones sagradas!! no se menosprecia el sentir ajeno, 
¡¡ Tierra sagrada!! no se destruye, 
¡¡Agua sagrada!! no se ensucia, 
¡¡Aire sagrado!! no se contamina, 
¡¡Fuego sagrado!! no se apaga. 
¡¡Sangre de la mujer sagrada!! 
No se bota a la basura


Las niñas deben saber esta verdad… 

La sangre del vientre de la mujer es luz, poder, células madre 
que cambian la conciencia de la humanidad… 
Mirarla de frente, conocerla, terminar su ciclo 
sembrada en un árbol, en una planta, en un altar, 
en nuestros instrumentos, significa la sanación de la humanidad, 
es una verdad así de sencilla

¡Mujeres abramos los ojos!  

Afuera de mi cuarto, mi amigo y compañero, 
al que me gusta llamar mi árbol, 
agradece mis gotitas rojas, 
se pone fuerte y grande, contento por las ofrendas que recibe, 
me cuenta como de verdad somos vida 
que se siente agradecido por la bendición que es la luna, 
mi luna sangrante cada mes.   
Soy una guerrera y como delicada gota de agua al mismo tiempo, 
que tengo en mi vientre a la creación y que puedo agradecer a la tierra con algo palpable, 
algo bendito, algo que es vida e inevitablemente muerte también, 
MI SANGRE.

Texto: 
Unión de diversos decretos de mujeres de luna en Ecuador

martes, 2 de junio de 2015

Mi luna

Para hablar y honrar mi luna, primero debo agradecer a todo mi linaje femenino y masculino, dar gracias al amor a lo femenino de todo lo que me rodeó antes de que me luna llegue y cuando ella llego a mi vida. Doy gracias a la alegría de ser mujer y haberme reconocido luna cuando mi sangre llegó.  

Tengo la bendición de siempre haber escuchado de mis maestras el cariño que se le tiene a la sangre que por el cuerpo de mujer cae. Eso es amarme roja, rojita, sangrante. Amo y aprendo de esa ofrenda de amor incondicional que cada 28 días me viene a visitar. Una ofrenda que me visita, eso siento cuando mi luna llega, calma y me limpia el sentimiento, las penas y la
Foto: altar en Barcelona
s alegrías también me cura y me sana. Me recuerda que soy una guerrera como delicada gota de agua al mismo tiempo, que tengo en mi vientre a la creación y que puedo agradecer a la tierra con algo palpable, algo bendito, algo que es vida e inevitablemente muerte también, MI SANGRE.  

Afuera de mi cuarto, mi amigo y compañero, al que me gusta llamar mi árbol, agradece mis gotitas rojas, se pone fuerte y grande, contento por las ofrendas que recibe, me cuenta como de verdad somos vida que se siente agradecida por la bendición que es la luna, mi luna sangrante cada mes.  

No me cabe duda que mi sangre es amor, que es vida y en eso de ser vida a veces se pone oscura, agua que me refleja como yo en mi feminidad he estado en el tiempo pasado, pero sabe que también se puede mostrar y poner clarita, claro fluida, sin dolor y con puro gozo de llegar de hacerme acuerdo que me acompaña y que como todo en el mundo con la oscuridad se puede llegar a  la luz y en la luz la oscuridad.  

Gracias luna, gracias por ser mi amiga, compañera, mi espejo, fuente de bendiciones y sobre todo mi maestra.


Texto: Sol Palacios

Daniela Salvador Jijón

"Reunirme con mujeres  de luna es aprendizaje y enseñanza, me complementa, me acompaña,  ubica mi feminidad, me llena de fuerza..."


Nací en Quito en la sierra ecuatoriana rodeada por la protección de sus montañas, las que añoro cuando la vida me lleva lejos. 

Tengo la alegría de mi hijo parte ecuatoriano parte italiano, quien es un lazo entre estas dos tierras que llevo en mi corazón, testigos de mi recorrer. 
Soy hija, soy madre, soy mujer, gran legado del cual me siento profundamente agradecida. 
En la mujer se manifiesta el poder de la transformación que a través del amor convierte la semilla en vida, el canto en rezo, las caricias en medicina. 

El camino me encontró con mis oraciones, al sentir el llamado de la madre tierra y al gran espíritu en mi corazón,  queriendo rescatar mis raíces y recordando mis orígenes.  La búsqueda y el despertar de conciencia me llevaron en diferentes direcciones y en este caminar llegaron a mí el temazcal y los cantos de medicina. Es así que me dispuse a andar entregándome a lo sagrado, al espíritu, a través de los cantos que elevan los rezos al universo,  contactándome con la madre tierra, sintiendo la unidad. 

Reunirme con mujeres  de luna es aprendizaje y enseñanza, me complementa, me acompaña,  ubica mi feminidad, me llena de fuerza. Es poder ser cómplices de nuestros sueños e intenciones unidas siempre desde el amor.  

Por mi relaciones 
Aho Mitakuye Oyasin