Telaraña

Somos una telaraña de manos y energía,
siempre terminamos juntas
y hacemos más bonita la vida.

Somos un sólo corazón latiendo en distintos lugares, 
con distintos sueños que construyen un sólo Universo.
Somos constelaciones entrelazadas, galaxias
que giran en torno al mismo centro, lunas
que danzan la misma canción en diferentes idiomas.

Yo soy tú, y tú eres yo,
sin dejar de ser nosotras mismas.
Somos iguales porque todas somos diferentes:
rotativas, cíclicas… nunca pensamos lo mismo,
aunque a veces sea la misma  cosa.



Siempre estamos fluyendo con el movimiento de la vida.
Conocernos es fácil: Sólo hay que quitarnos las expectativas de lo que creemos ser.
Nosotras no SOMOS, si no que ESTAMOS,
nos juntamos y nos separamos
en miles de pedacitos que tienen vida propia,
y que solas o juntas nos hacen ser las que somos.

A veces caminamos
otras corremos
de vez en cuando solamente queremos volar
hasta nuestra cama, donde se gestan los sueños,
donde podemos mirarnos a los ojos
saber que somos una fiel copia de la original: de la gran madre y mujer
de la que pare el mundo cada día,
de la  que alimenta a sus hijos sin importar de donde vengan.
Que nunca falte en nuestra casa un vaso de agua
para ofrecernos
una linda mesa para sentarnos a comer
majares preparados por nuestras manos,

Que no nos falte el abrigo de nuestro cuerpo
el fuego de nuestro vientre,
el calor de nuestras manos tocándonos el pecho.
Que nunca nos abandonemos unas a otras,
que no nos dejemos de ver con amor 
en el calidoscopio de nuestro ser; de ser distintas y la misma,
de ser de colores y texturas
de ser lo que queramos ser
en el momento en el que estamos.



Mujeres o madres,
amigas o amantes
putas o monjas,
con falda larga hasta los tobillos o tan corta como la cola lo permita,
mujeres de tierra o de fuego,
de agua o de aire…
de mujer….
de luna cambiante cada día.

Que no nos ocultemos de nuestra mirada certera,
que siempre sepamos como estamos, como queremos caminar cada día
que podamos cambiar la vestimenta, el personaje, la piel y las parejas,
la forma de caminar, lo que creemos, en lo que pensamos,
el trabajo, la ciudad, los amigos
y siempre tengamos la certeza
de que seguimos siendo las mismas.

Texto: Amalia Oviedo