Tierra que abres tu vientre para recibir las semillas del universo.
Amor sagrado que desciende de la luz.
Tierra, desnuda mi alma frente a tu mirada regálame el aliento profundo de la vida, derrama abundancia en la llegada de nuestros niños a tu tiempo y produce el alimento necesario para nuestra gente.
Tu humedad fértil llega con abundancia, alma antigua, curandera, perfumera, sagrada amada pachamama.
Tierra, misterio que guardas entre tus faldas, la magia de la vida que nace, vida que muere. Tierra en tus entrañas contienes corazón, camino, vida.
Hago esta ofrenda para ti, agua de luna alimento del alma, fruta deliciosa carne del sol. Maíz de vida.
Soy agua de colores de mis ancestros y voy fluyendo libre. Soy agua brillante, agua misterio, soy agua consciencia, agua creación, soy agua que perdura la vida, soy agua en mis hijos, soy agua en mis abuelos.
Soy pájaro de agua de la madrugada y en el poder silencioso de la noche espero ver llegar gotas de luz para sumergirme en el misterio de mis lagunas en suspiro de la creación.
Yololotcuicatl es mi espíritu corazón que canta, agua que canta. Agua que trae el amanecer, que trae el fuego del día, Me rezo agua, me sueño, AGUA.
A veces me siento tan pequeñita, como una gota de Rocío, soy río que nació del Rocío, Rocío como el nombre de mi madre.
Escucha el sonido del agua, agua corriendo fuera de ti, agua corriendo dentro de mí, agua cantando, agua gua, guagua llorando.
Agua del cielo, agua del sol, agua del vientre, lágrima del gozo y del corazón.
Soy la fuerza que llevo dentro, soy la miel de las entrañas de este fuego.
Chuquiragua es la flor de fuego, flor de páramo que se adapta en los Andes, fuente de agua de grandes ciudades. Fuego del centro de la avenida volcánica, aguas termales, minerales, energías. Allá arriba en el páramo es donde la historia comienza. En el Volcán Cotopaxi, se fusiona el calor del corazón del padre y la madre con los hielos perpetuos de esas alturas el calor del fuego y el agua se fecundan, de allí se crea el vapor de agua. Atlachinolli, la creación. Este, el vapor de agua es el rezo del corazón del padre y de la madre.
El humo serpentea, la llama nace, se mueve, se estira, regresa a la tierra de donde es su origen. Se levanta al cielo abrazando cada vez más el espacio, su calor se expande, su luz acobija, la claridad llega. El calor se funde en el viento, el calor se expande en el Universo.
Viento que elevas el fuego, haces volar a la semilla para engendrarse en la tierra que llevas en las nubes, de montaña en montaña para que bajen en los ríos y hasta nuestras bocas.
Viento mensajero que inspiras el canto en mujeres y hombres; das aliento a los niños que llegan a esta tierra. Viento que esparces en el Universo la energía del cuerpo que muere. Viento que cargas a los espíritus de mis ancestros, guardianes que se manifiestan en el humo del copal, del cedro, de cada incienso. Viento que curas, que limpias, que soplas desde el cielo para renovar mi pensamiento. Viento que con tu poder anuncias la llegada de la noche, das la bienvenida al día con el canto de los pájaros: águila, cóndor, colibrí que con el vuelo llevan la bendición por toda la tierra liberando y uniendo en un sólo corazón nuestra vida, nuestra gente madre tierra.
Texto creado en Ecuador a partir de las palabras
y primeras ideas de mas de 15 mujeres,
para el performance de Mujeres de Luna
Imagenes: Encuadres de pintura "árbol lunar" de Paulina Oviedo
Tan bella tu mirada...
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