Y en la pureza de su mirada, en brillosos tonos verdes el
intento se manifestó. De esos que nacen en lo profundo del Ser, escuchadospor
la intuición de que algo agradable germinará.
Desde ahí conocí “Mujeres de luna” con cantos grabados y
recopilados por más de seis años y que en una USB venía envuelto de algodones
de responsabilidad. Corazones nacidos de más de 7 países en todo el mundo
estaban grabados no sólo para musicalizar el ambiente, sino para enlazarse con
la vibración universal. Eso que vi en los ojos verdosos de Paulina, mujer medicina
ecuatoriana, fue la atmosfera en la que se enfoca este proyecto: Invocamos a
interesad@s en esta cocción de la pureza para entonar el rezo que mujeres
medicina en el mundo hacen desde sus orígenes.
Foto de Karenina tomada a postal del proyecto en Montañita, Ecuador. |
Cantar cada que el suspiro o los pensamientos llegan es la
dosis diaria recomendada por mi corazón. Y no por necesidad sino por re-conexión
con recuerdos más profundos que ayudan a respirar con atención. Por ahí, en ese
vaivén del viento en tu interior difumina al insensato pensamiento que provoca
miedo y sus congéneres como la angustia, violencia, depresión o abuso. Toda
esta oscuridad se monta en una nube y se transforma en su sombra, capaz de
hacer llover palabras armoniosas en la vida. Entonces, el miedo se paraliza deslizándose
a través del amor que irradia las vibraciones de un recuerdo entonando, del
ritmo al compás del Misterio que nos late desde adentro. Así es el encanto del
canto, cubre el paisaje mental de esperanza para un buen caminar que se expande
en armonía para las siguientes generaciones.
–Escuchar los cantos es como meditar con ellos desde la voz
de cada una de nosotras- comentó Paulina, por la mañana después de una
ceremonia de medicina acá en el Ecuador, cuando emocionadas compartíamos miradas
curiosas a cada mujer que se ha encontrado con las compilaciones de cantos
interpretados por Mujeres de Luna.
En julio del 2013 viviendo en Guadalajara, México cargué en
el celular algunos cantos de los que me habían compartido para sentir el
proyecto. Mujeres desconocidas se integraron en mi diario vivir, en mis retos
de aquel presente, en la sanación del andar con sus voces al interpretar o
elevar creaciones sonoras.
A finales de enero del 2014 viajé a Ecuador y conocí a la mayoría
de estas voces que se habían metido en mi corazón desde los oídos. Fue muy
grato observar y recordar en
rostros los tonos, elevaciones de voz y maravillosas risas de seres que como
yo, buscan amar plenamente. En nosotras, ya existe algo más allá de lo que ojos
y razón puedan explicar y que –ni siquiera- aun tenemos idea de sus dimensiones.
Por eso seguiré aquí.
Pintura de Patricia Karenina |
Actualmente nos reunirnos en círculos de canto, nos grabamos
y escuchamos lo que queremos enaltecer o transformar. Compartimos nuestras
experimentaciones en este blog materializadas en letras, pintura, dibujo,
artesanía, y todo el arte universal que estemos dispuestas a compartir. Motivamos,
provocamos e invocamos a quienes apoyan este sueño que tiene muchas ramas.
Queremos seguir grabando y remasterizando nuestras interpretaciones y
creaciones. Queremos re-unirnos en nuestros distintos territorios para seguir
provocando la visión y recuerdo de nuestra mujer ancestral, mujer salvaje que
recupere las tradiciones y compromiso con la Madre Tierra y todas sus hermanas.
Queremos elevar este canto para intencionar la armonía que necesitamos por las
siguientes generaciones y como la vida, el sueño es largo pero cada día
alcanzamos un tono distinto en este andar.
Si quieres conocer más del proyecto, sumarte, preguntar,
compartir, dialogar o saber cómo participar, escríbenos. Todas somos Mujeres de
Luna porque todas tenemos el talento de elevar una intensión y el compromiso
del amor a esta Tierra que nos da vida.
Texto por Patricia Karenina Casarín
.:. Nací en Guadalajara, Jalisco México hace treinta años. En el mundo he conocido algunos pedacitos de su pielecita pero grandes sueños me hacen intensionar andar más de esta mi madre tierra. Desde hace algunos años me encuentro y re-encuentro en este camino rojo al escuchar lo que mi alma pretende recordar de la sabiduría de las estrellas. Desde el canto me conecto con ese infinito entonado para seguir sanando desde mi humanidad.
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